Las várices se producen por la presión que la sangre ejerce sobre las venas por lo que estas se hinchan y dan origen a las mismas a causa de la debilidad de sus paredes y sus válvulas. Estas se presentan con mayor frecuencia en las piernas y más en las mujeres que en los hombres.

El hecho de que se presenten más en las piernas es debido a que la sangre debe vencer la gravedad en ese caso para regresar al corazón.

Entre las causas más frecuentes encontramos la falta de ejercicio, la obesidad, causas congénitas como la debilidad de las paredes de las venas, sedentarismo, entre otras. Algunos consejos útiles para aliviar las molestias y dolores provocados por las várices son:

  1. no usar medias o prendas que dificulten la circulación en las zonas afectadas.
  2. Realizar caminatas diarias o cualquier tipo de ejercicio que ayude a prevenir y repara los daños provocados por las várices,
  3. Colocar las piernas en alto luego de estar mucho tiempo sentada o caminando
  4. Evitar los excesos de peso

Entre los remedios homeopáticos podemos encontrar las tinturas de licopodio o pomadas de hamamelis. Se recomienda el uso de estos compuestos en casos en que no hay un estado de salud comprometido y el grado de las várices no es crítico. De lo contrario se corre riesgo de trombosis venosa profunda, que es una complicación de gravedad en los casos de pasar mucho tiempo en una cama. Claro que para desarrollar la trombosis hay muchas causas, como alteraciones plaquetarias, predisposiciones genéticas, etc.

En caso de ser excesivo el tamaño de la váriz es recomendable consultar con un flebólogo dado que deja de ser una cuestión estética o de incomodidad y pasa a ser un problema de salud relativamente complicado. Muchas veces se requiere de operación de várices, una cirugía donde se suele perder bastante sangre. Los tratamientos de eliminación de várices con láser han dado resultados bastante diferentes según las experiencias.

Por otro lado, las várices en el testículo (varicocele) o la váriz anal o hemorroides requieren de tratamientos específicos que veremos en otras secciones de esta página. Asimismo son de importante frecuencia y gravedad las várices esofágicas en los adultos con consumo crónico de alcohol, y se trata siempre de una dilatación de las venas en ese nivel, que corresponde a una hipertensión portal, de la circulación entero hepática (intestino e hígado). Su tratamiento es la cirugía de embolización, y su medida desde la medicina alternativa es, lógicamente, la reducción de daños a nivel de la ingesta de alcohol. Hay que recordar que el alcohol es dilatante venoso, por lo cual no es bueno para ningún tipo de váriz.

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